Debe invertir en oro para diversificar su cartera como protección contra crisis económicas, políticas o monetarias y/o para aumentar su riqueza al obtener ganancias financieras del aumento de los precios del oro.
En los últimos años, la volatilidad de los mercados bursátiles mundiales ha llevado a los inversores a buscar estabilidad en sus carteras añadiendo metales preciosos físicos a su combinación de inversiones mediante la compra de oro. Hemos visto subir el precio del oro en todas las monedas y, de hecho, solo el oro y la plata han protegido a los inversores que tenían el metal físico en sus carteras contra las pérdidas masivas en papel de otras inversiones. Desde 2002, ninguna otra clase de activos se acerca al rendimiento del oro y la plata tanto en términos nominales como porcentuales.
Desde que Nixon dejó flotar el precio del oro en 1971, las grandes liquidaciones en los mercados de valores han revelado el aspecto de refugio seguro del oro. La incertidumbre reciente que está presente en la mayoría de los mercados financieros es lo que lleva a los inversionistas al oro y les da una razón para no asignar su riqueza simplemente a papel moneda, certificados de acciones o proxies de oro.
Un inversor debe tener una inversión física en oro... real. El oro físico abarca las características del dinero fiduciario; con la excepción de que el oro tiene un valor intrínseco mientras que el dinero fiduciario no lo tiene. No es una 'promesa de pago' de un tercero. Se puede comprar en onzas o fracciones de onzas, en barras o en monedas. Optar por comprar oro puede ser su decisión de inversión más importante a medida que continúa desarrollándose el pantano económico mundial.
La deuda insuperable de las naciones soberanas desarrolladas continúa haciendo que mantener el oro sea una inversión y una cobertura táctica. La importancia de tener una inversión física en oro en una cartera se hace evidente por la volatilidad en los mercados de deuda soberana, particularmente en los EE. UU. y la zona euro. A medida que el déficit presupuestario de los EE. UU. continúa creciendo sin pausa, el valor del dólar estadounidense y, en realidad, todas las monedas fiduciarias o de papel se han puesto en duda. Estamos viendo que las naciones soberanas ahora están optando por volver a comprar oro en grandes cantidades para diversificar sus tenencias del tesoro predominantemente estadounidenses.
La conclusión es que ni EE. UU. ni las naciones de la eurozona pueden continuar en el camino actual de crear activos en papel y patrimonio neto impreso sin sufrir la grave degradación de sus monedas. Esto es especialmente cierto en un escenario donde el crecimiento del PIB es lento en el mejor de los casos y se contrae en muchas naciones europeas mientras coquetean con una segunda ronda de recesiones.
Como el dólar estadounidense es la moneda de reserva mundial, su eventual pérdida de valor hará que el precio del oro suba exponencialmente, no solo en dólares estadounidenses, sino también frente a todas las monedas del mundo.
